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Pues sí, lo confieso.
Reconozco que yo era de los que decía que era mejor votar por quien fuera, pero VOTAR. Yo decía que el voto era además de un derecho, una obligación de todos los mexicanos. Alguna vez tuve la esperanza de cambiar al país, de querer hacerlo mejor, en serio, la tuve; alguna vez pensé que iba a ser lo suficientemente inteligente como para engañar a todos aquellos que ya están podridos en la política, decirles que yo era igual de sucio que ellos, y ya estando en el poder, cambiar las cosas: disminuir sueldos, quitar privilegios, correr gente...
Carajo, cómo cambian los pensamientos de alguien gracias al entorno. Cómo el hecho de estar tan cerca del ambiente político le abre a uno los ojos y le cierra la conciencia. Cómo se va uno corrompiendo con el hecho de ver el dinero (y a veces el poder) tan cerca, para después darse cuenta de que está siendo solamente usado como marioneta por aquel que a su vez es otro títere de alguien que se cuelga de las campañas políticas.
Y al final, no a todos les toca... pues en el sentido estricto nada más son cientos de millones de pesos, y no alcanza para todos... para unos la rebanada es más grande, por supuesto, pues ya hicieron su famita... otros se conformarán con una despensa cada seis meses... otros, venden su voto por una gorra y una camiseta impresa a dos tintas con mala serigrafía.
Reconozco que yo era de los que decía que era mejor votar por quien fuera, pero VOTAR. Yo decía que el voto era además de un derecho, una obligación de todos los mexicanos. Alguna vez tuve la esperanza de cambiar al país, de querer hacerlo mejor, en serio, la tuve; alguna vez pensé que iba a ser lo suficientemente inteligente como para engañar a todos aquellos que ya están podridos en la política, decirles que yo era igual de sucio que ellos, y ya estando en el poder, cambiar las cosas: disminuir sueldos, quitar privilegios, correr gente...
Carajo, cómo cambian los pensamientos de alguien gracias al entorno. Cómo el hecho de estar tan cerca del ambiente político le abre a uno los ojos y le cierra la conciencia. Cómo se va uno corrompiendo con el hecho de ver el dinero (y a veces el poder) tan cerca, para después darse cuenta de que está siendo solamente usado como marioneta por aquel que a su vez es otro títere de alguien que se cuelga de las campañas políticas.
Y al final, no a todos les toca... pues en el sentido estricto nada más son cientos de millones de pesos, y no alcanza para todos... para unos la rebanada es más grande, por supuesto, pues ya hicieron su famita... otros se conformarán con una despensa cada seis meses... otros, venden su voto por una gorra y una camiseta impresa a dos tintas con mala serigrafía.
¿Yo? Ya no sé con qué quedarme. No sé si empezar a pedir artículos promocionales de todos los partidos políticos; no sé si creerle a Raúl Araiza y Mayté Perroni; no sé si confiar en que si gana el PAN y tiene mayoría en el Congreso van a dejar trabajar al Presidente; no sé si convencerme de que ya le toca al "pueblo" gobernar apoyados en el Peje y su demagogia; hoy no sé nada.
Pero eso no es lo peor. Lo peor es que ni siquiera me interesa saber.
Y sí, muy cierto, no soy el único... qué lamentable.
6 comentarios:
Pues yo también pensaba cuando tenía sueños fugaces que tal vez sería posible gobernar al país y cambiar el mundo, pero, total, lo que dices es la verdad, además no se cambia el país desde la popularidad de allá arriba, sino con la humildad de allá abajo.
Salud.
Yo sigo en la encrucijada de votar por un candidato o anular. Sin embargo, puedo aceptar que no todos los candidatos son iguales ni todos los partidos son iguales. Por ejemplo, por nada votaría por el verde con su campaña por la pena de muerte.
Me encontré con un candidato hace poco que curiosamente sí traía propuestas. Me di cuenta que no viene de formación de partido, sino de organizaciones civiles y que sus propuestas van encaminadas hacia el apoyo a las organizaciones ciudadanas.
No va a ganar. No voy a anular mi voto si existe alguien con propuestas (aunque después se olviden, pero es que también a nosotros se nos olvida que podemos llamarle por teléfono y decirle, recuerdas lo que prometiste?). Tristemente, ese desinterés lo comparto contigo, porque después de darle vueltas, de ir a poner un voto en la urna y recoger mi café dle Oxxo (guacala), todo seguirá igual.
O quién sabe. Este desespere, este enojo ya no es apatía y eso puede llevarnos a algún lado.
...es que ya nos hartamos de los partidos políticos.
Ya, simplemente ya tuvimos suficiente, ya no queremos más.
Tristemente es la realidad del pueblo latinoamericano, un pueblo sin identidad política, ojalá algún día haya un renacer.
esa desilusión y desencanto es universal y global.
yo todavía creo en la política porque tengo una pericia innata que me permite saber distinguir entre el grano y la paja, y enseguida sé quien tiene el discurso bueno y quien dice tonterías perfumadas.
Es verdad, los partidos son un asco, pero no todos lo candidatos entran en esa categoría. Es cierto que nunca será el 100% de beneficio para el pueblo pq hay presiones más grandes para un gobernante que se compromete en campaña, pero algo se puede hacer.. El chiste es que como mexicanos no dejemos de votar, no dejemos de ejercer nuestro derecho y... alguna vez dijo un gran personaje que después del vino tinto no recuerdo: "hay que apoyar al mayor oponente de la derecha"
Salud =)
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