Ella: "No vayas a creer que soy una de esas chavas cualquiera..."
Él: "No, por supuesto que no... ¿confías en mí?"
Ella: "Sí."
Después de varios minutos de negarse, finalmente cedió ante las caricias y uno que otro beso... no sucedió nada más.
El día anterior, él le había comentado que -aún por encima de los 40 grados centígrados- era ya una costumbre para él usar camisa de manga larga, claro que no le dijo que era por su complejo de tener los antebrazos de un niño de 5 años.
Esa noche, acostados en su cama, ella recordó el suceso -a pesar del inminente estado de ebriedad- y preguntó: "¿Por qué siempre usas camisa de manga larga?"
Él encogió los hombros dos segundos... luego recordó que eso lo hace ver aún más flaco, y corrigió la postura. "Mmm... no sé... ya me acostumbré"
Ella: "Mmm... ¿confías en mí?"
Pasaron diez segundos antes de que sus labios decidieran ponerle fin al incómodo silencio... mientras la besaba, pensó: "¿confío en ella?"
2 comentarios:
tal vez no confía ni en él mismo...
Fue lo primero q se me vino a la mente... y de ahí un millón de cosas más que bien se resumen en eso.
Gracias por ponerme a pensar =)
Besooooossss y abrazoos Señor Don Mr!
:O
Publicar un comentario