lunes, 17 de agosto de 2009

La edecán de la Corona

La semana pasada algo llamó mi atención mientras estaba en mi escritorio, con vista a la avenida principal de mi pueblo-chico-infierno-grande.

Se realizaría la Nauticopa en Tampico, evento esperado por meses por una buena cantidad de gente, entre ellos patrocinadores, quienes precisamente fueron los que armaron la caravana de lanchas motonáuticas por la avenida Hidalgo ese viernes, con música, edecanes, ruido, edecanes, botargas, edecanes, regalos, y edecanes. Sobra decir qué es lo que más llama la atención en dichas caravanas, gracias a uno de los patrocinadores principales: la cerveza mexicana de mayor venta en el mundo. Debo reconocer, a 10 meses de haber salido de dicha empresa, que han mejorado bastante la calidad en la selección del atractivo visual; sin embargo, sí noté la ausencia de aquella linda y esbelta rubia de ojos azules, quien resultó ser la más solicitada, admirada (y envidiada) durante varios meses, en todos los eventos que en la cervecera organizábamos.

A finales de febrero de 2008, a mi ahora ex-novia se le ocurrió que necesitaba tiempo para pensar en no sé qué cosas, y yo, con más temor que convicción, acepté; marzo sería (y lo fue) un mes en donde la carga de trabajo me dejaría pensar en el asunto solamente el 10% de mi tiempo.

Semana Santa en Tampico es sinónimo de playa, diversión, alcohol, bikinis, fiesta, conciertos y todas esas cosas que Doña Lucha dice son del diablo. Pero cuando trabajas en una cervecería, tienes que asociarte un poquito con el diablo, porque todas esas cosas te salen gratis. Además, Doña Lucha ni se entera.

Así que me tocó andar en el mitote durante un poco más de dos semanas, tiempo suficiente para conocer a esa linda y esbelta rubia de ojos azules, y por supuesto, para asegurarme que esa rubia cabellera y esos ojos azules eran postizos. Ella dijo que su apellido era inglés, y cuando le dije que me hablara con acento británico, contestó nunca haber viajado a Estados Unidos. Tengo la ligera impresión de que la niña estaba un poquito confundida. Pero eso no importa cuando la tienes frente a ti en bikini... en serio.

Nunca me ha gustado alardear, por lo cual seré sincero: nunca pasó nada entre nosotros. La acompañé a fiestas, terminando todos los eventos me buscaba (o yo buscaba los eventos en los que iba a estar), alguna vez fuimos juntos a la playa, platicábamos de su ex novio, de mi ex novia, de cómo ella mantenía a sus hermanas ante la ausencia de sus padres, de sus planes, de sus gustos... mis compañeros de trabajo me identificaban inmediatamente con ella, y estoy seguro que habrán pensado que hicimos mucho más de lo que realmente hicimos, era "Mr. Cougar y la edecán de la Corona", bueno, la verdad es que nadie me dice Mr. Cougar, y otra verdad es que fui más como un best-friend-for-this-month para ella, aunque no puedo negar la increíble atracción física que había cada vez que "me tocaba pasar por ella" y estaba a menos de 1 metro de mí.

Se terminó marzo... se terminó el trabajo en la playa... se terminaron los eventos donde la edecán rubia de apellido inglés fuera requerida... mi ex novia me dijo que era tiempo de que regresáramos... mi celular se murió, llevándose con ello el número de celular de la edecán. No volví a tener noticias de ella, hasta aquella tarde...

4 comentarios:

Ministry of Silly Walks dijo...

Me encantó ese recuerdo. Pude incluso imaginar cómo era la edecán y me calló bien con su acento Inglés y todo.

el ishmail dijo...

Acabo de recordar a la edecán de telcel...

Alejandro dijo...

Cambia los pinchis colores!!!, tengo vista de persiana cuando termino!!!

Anónimo dijo...

Waу cool! Some very valiԁ points!
I apрreciate you penning this post ρlus the гest of the sitе iѕ extrеmely gοοd.


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