viernes, 7 de agosto de 2009

Para bien o para mal

Dos de la mañana. Llegó la típica hora de la sed de madrugada, y su voluntad sucumbió ante ese jugo de naranja artificial que, después de unos 400 mililitros, no le dejó otra cosa más que sabor a medicina rancia en su paladar. "Sabía que debía tomar agua natural", pensó. Tal vez fue eso lo que le hizo recordar analógicamente el sabor amargo que le dejó aquello que había hecho una semana atrás. Irónico, ni el gran trago de agua le hizo pasar ese sabor aquella vez.

Nadie se creería el hecho de que no sabía lo que iba a suceder: parecía planeado. Él utilizó técnicas tan baratas como las de un actor de semáforo callejero, pero a fin de cuentas parecía que ella estaba tan dispuesta a seguirle el juego, que no se necesitó más esfuerzo. De su casa a aquel bar, de aquel bar a la playa, de la playa... a aquel lugar. Parecía tan fácil... realmente lo había sido. Ella no paraba de recordarle las mil veces que la había rechazado, y por lo tanto no estaba dispuesta a permitirlo una vez más... a él ni siquiera le importaba... actuaba como el más ensayado de los típicos galanes, los hombres cabrones, esos que solamente están interesados en esa única cosa. Y no le salía tan mal.

Pensó veinte veces en que ese apodo que le pusieron sus amigos, en tono de burla, esta vez le quedaba increíblemente a la perfección. Y no le desagradó tanto. Ya en acción, su desempeño -dicen los presentes- no estuvo tan mal. Halagos de un lado hacia el otro, engalanaban y hacían más sensual y placentera la reunión de dos, redondeando el evento hasta llevarles el ego hasta los cielos... y un par de cosas más. Por un segundo (sólo un segundo) por su mente pasó la imagen de alguien más... pero al llegar la inminente avalancha de besos femeninos, terminó por obviarlo y concentrarse en el momento... momento que duró alrededor de dos horas, casi sin parar. Insaciables... incansables... intempestivos... pero a fin de cuentas llegó a su fin. Como todas esas efimerías que nos ocurren a diario y que ni siquiera nos detenemos a analizar el porqué de su placer temporal. Simplemente las disfrutamos y ya. Y vaya que disfrutaron el momento. Pero ocurrió: ese indescriptible sabor amargo, que difería un poco del lip gloss que había probado durante horas de aquellos labios que se morían por comérselo... y que no despreció en lo absoluto. Necesitó agua, y lo intentó, pero no fue suficiente. Había algo que le decía no estar en lo correcto. Pero resulta un tanto difícil regresar el tiempo, sobre todo cuando has usado una caja de preservativos. Al final, se despidieron sin decir palabras... sin saber cada uno lo que pasaba por la cabeza del otro. Ella nunca leerá esto, y los que lo lean, muy probablemente no la conozcan.

Ellos, en cambio, se conocen de más de la mitad de sus vidas...

Él suele tomar un poco de jugo de naranja a las 2 de la mañana, lo disfruta por 2 segundos y después intentar borrar ese sabor que pasa de dulce a amargo, con un tanto más de agua.

Sin embargo aquella vez, a las 2 de la mañana, sucumbió ante algo más que jugo de naranja. No tomó jugo, sino la entrega apasionada de una mujer... disfrutándolo -eso sí- por más de 2 simples segundos. Lo que no ha llegado a entender, es esa necesidad de ingerir ese algo que borre aquel sabor.

Sí: incoherente moralidad de papel.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

mis felicitaciones al cheff, digo al escritor.
Mr.Cougar, es usted muy talentoso para plasmar sus vivencias, logros y desgracias.

Larissa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

ayer pasé x aquí, quería dejarte un mensaje pero no tuve tiempo, hoy que vengo me encuentro con este post y me doy cuenta que hemos cambiado... es verdad el tiempo no pasa en vano, veo que tus letras han evolucionado, aunque sigo encontrando en ellas el mismo encanto :) siempre me ha fascinado la forma en la que escribes y no sólo cuando criticas de esa manera astuta y ácida los acontecimientos sociales o a los RBD hahaha sino también cuando escribes así, del corazón... en fin querido amigo, te mando un fuerte abrazo desde el otro lado del charco :)

esa mera soy yo dijo...

Sin duda una anécdota muy interesante.

dayanna* dijo...

El escrito parece biográfico pero el recuerdo parece que quisiera ser ficción.. Chido el texto, un abrazo Mr. Cougar, tenía años sin pasar por aquí.

Exiliado dijo...

Moralidad digital porfavor...digital.

Interesante..muy interesante. Platicamos pronto! Tengo noticias! :)

Un abrazo...

petrititita dijo...

Ay queridoR tu no eres de esos cabrones o si? el relato es interesante,la redacción es perfecta y además podría tomarse como referencia para hacer un algún corto... nota: yo soy bien mocha he, no me espanto nadmas me asusto...

Anónimo dijo...

De hecho, bueno a mi parecer suena como si te arrepintieras de o trataras de olvidarlo...pero que mas da, al fin y al cabo que se yo.. tal vez son alucinaciones mías.
De todos modos, muy buen relato.