domingo, 15 de octubre de 2006

Importar

De nuevo, utilizo la celda para escribir el título del post como medio de promoción para atraer tráfico a mi blog. Pensé: "si escribo la palabra IMPORTAR, ésta se podrá interpretar por el buscador de palabras clave de Google como algo relacionado con importaciones de mercancía extranjera, tomando en cuenta que con la globalización debe haber actualmente mucha gente buscando cómo importar productos extranjeros a un bajo precio y revenderlos para hacer negocios, entonces esta persona le dará clic al vínculo que lleva a mi blog, el cual le aparecerá dentro de sus primeras opciones, y leerá mis posts, y luego le dará clic al anuncio de Google que está aquí arriba de este post, y me haré multimillonario dentro de (según mis cálculos) ciento veintisiete años". Sí, sí, ya sé... a veces tengo demasiado tiempo libre para pensar en pendejadas. Pero ps, ¿qué se le hace?

La verdad es que este post habla acerca de la importancia que se le da a las personas. Bueno, en realidad este post no habla acerca de ni madres, ya que aún no lo he escrito, pero pues a ver qué sale.

En fin, recuerdo que hace algunos años (cuando recién comenzaba con esto de bloguear, y el espacio bloguidimensional estaba compuesto por pura gente bonita y refinada como yo [o sea, nada de JLAH, el Pirata, los dizque jaquers y demás ñoños]), me agregó al Messenger una paisana de más o menos mi edad, misma que, sinceramente, me pareció muy interesante por su forma de llevar la conversación. Algunas veces se las daba de muy chingona, cosa que yo no puedo permitir en nadie que se me cruce por en frente en esta vida, lo que me obligaba a comportarme bien mamón y sarcástico como saben que puedo ser los que me conocen... situación que originó que, después de algunas conversaciones agresivas y chingativas (de ambas partes), comenzara a ignorarme. Y así durante varios días, hasta que quise hacer las paces con ella, y me dijo que no era necesario porque no estaba enojada, pero que tampoco estaba feliz, es decir, que no tenía ningún estado de ánimo hacia mí porque yo no era "tan importante" para ella... y siguió repitiendo: "no te des tanta importancia, olvídalo"... Y así fue, no le di importancia porque ella no me daba importancia, y la borré de mi lista... y bueno, días y semanas después me agregó como con tres cuentas diferentes de correo, y ya supe que era una pinche maniática, y lo dejé por la paz.

Pero ese no es el punto. Me quedé pensando en su frase: "no te des tanta importancia, porque para mí no la tienes". Y ese es el meollo de todo este asunto: la gente que es importante, lo es así porque otra gente le da esa importancia; es decir, por el valor que para las otras personas tiene por sus acciones.

¿Por qué demonios México está a punto de tener dos presidentes? Sencillo, porque Andres López Obrador tiene a un titipuchal de indiorantes detrás de él, que le dan importancia y valor a sus acciones, lo que le hace fuerte para ejercer ese poder psicológico sobre ellos y seguir activo en la vida política de México, paralelamente al presidente electo Felipe Calderón... también por la difusión que le dan todos sus voceros, entiéndase Adela Micha, Ciro Gómez Leiva, Denise Maerker y toda esa parvada de periodistas que se regodean en la parcialidad de sus discursos... Y claro, porque el güey de Mister Cougar sigue escribiendo acerca de él en su blog.

Hablando de relaciones, es normal que cuando se comienza a gestar una entre dos personas que se manifiestan un gran afecto, surjan los típicos sujetos que se encuentran en desacuerdo con la misma; o en otras palabras: cómo hay gente que le gusta andar metiéndose en lo que no les incumbe. Y es aquí donde debe entrar la madurez de los dos involucrados en la relación; me refiero precisamente a la importancia que se le da a esas personas; o en otras palabras: si alguien no está contento con mi noviazgo, me debería venir valiendo madres. Y así es.

Pero, ¿qué sucede cuándo hay gente que falta el respeto a la relación? No sé, digamos, se me ocurre en este momento el meramente hipotético caso de que viniera el ex novio a investigarme,
a sembrar cizaña, a intentar crear confusión -sin mucho éxito, cabe destacar-, a hacer cosas que me alteren, esperando que reaccione de una manera que me haga quedar mal. Mi reacción hasta este momento (digo, en ese momento, porque hay que recordar que es un caso meramente hipotético), sería ignorar completamente. Y así debe ser. Porque, volviendo al tema, hay que darle importancia a las cosas que la requieren, y no a quien suplica por ella. Importancia a las cosas positivas de la vida; a aquellas que, gracias al esfuerzo y dedicación, se van a dar con el paso del tiempo y nos van a traer felicidad, o mejor aún, nos van a mantener en un estado de felicidad permanente, sí, con sus ligeros tintes de [inserte aquí atenuantes], pero al fin y al cabo de felicidad, por estar con esa persona que amamos.

Importancia a lo bueno de esta relación... a tus ojitos... a ese corazón que escucho latir por mí cuando reposo sobre tu pecho... a esos planes que hemos hecho, y en los cuales sólo estamos tú y yo. He ahí lo importante: ; lo demás son sólo detalles...

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