viernes, 7 de abril de 2006

Sueños

No sé qué imagen aparezca cuando escribas la palabra "sueños" en Google; y sí me interesa, pero estoy ocupado escribiendo este post, y tú leyéndolo, así que no desvíes tu atención. En lo personal, no suelo soñar mucho (dormido, porque despierto soy 90% babeante y 10% pensante), y en el caso de que soñara mucho o a gran detalle, casi nunca recuerdo mis sueños, o me sucede que recuerdo el sueño en la parte antes de despertar, así como los últimos 15 minutos (en tiempo real) del mismo, pero pasando otros 15 minutos ya se me olvidó... y luego mi mamá me dice: "no me lo digas, porque si lo cuentas en ayunas es de mala suerte"; es tan bueno y milagrosamente cierto que sólo tienes unos cuantos segundos para utilizarlo en lo que desees, o bien, para compartirlo con alguien más, pues si no lo haces, se extinguirá y no habrá vuelta atrás; por eso le llamo "el efecto cerillo". Otros le llaman simplemente "memoria jodida".

Por otra parte, hay quien tiene viajes astrales, que es un rollo más espiritual, y yo para esas cosas estoy medio güey... también existen los que tienen viejas estriales, pero ese también es ooootro rollo más grueso... o simplemente hay quien tiene sueños tontos, pero aún así, no los olvidan.

Un día cualquiera: "Güey, ayer soñé que me entregaban mi coche después de arreglarle el golpe que le di, pero acá con cola de pato, y pintado con color tornasol, y con un motor bien chido, V41 y rines de 41 pulgadas y nononono no sabes, super hiper fregón que me lo dejaban".

El de los "sueños aspiracionales", le decimos.

Otro día cualquiera: "¡¡¡Nooooo'mbre ca'on!!! ¡Ayer soñé con Bárbara Mori!"

Bueno, ese es otro tipo de sueños que no pienso abordar en este tema.

En mi caso (volviendo), sueño mucho -como ya decía- estando despierto. Tengo cuatrocientos planes de lo que quiero hacer, lo que me gustaría ser, de lo que me creo capaz, de lo que planeo escribir, de cómo quiero que me vean en un futuro, cómo quiero ser recordado, con quién quiero pasar mi vida, qué quiero ver, a dónde quiero viajar, a quién quiero conocer, y cuántos Jarritos de Tamarindo me quiero tomar... pero siempre termino tirando todo a la basura cuando llega la realidad. He ahí la pregunta: ¿Prefieres la sensación de un sueño satisfactorio, que sabes algún día deberá terminar o la sensación de saber que esa pesadilla que vives algún día pasará? Yo ya no quiero sueños, quiero mi realidad.

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