miércoles, 20 de diciembre de 2006

El vídeo donde Mr. Cougar besa el piso de la capilla de su universidad, tal como había prometido

Hace algunas semanas, como por fines de noviembre que me encontraba en período de exámenes semestrales, y a la espera de las calificaciones que definirían el rumbo de mi titulación, prometí la cosa más estúpida que he prometido en este año: "si me gradúo por promedio, besaré el piso de la capilla del IEST", decía mi nombre en pantalla de Messenger; es decir, si obtenía las calificaciones necesarias en este semestre que, sumadas a las de toda mi carrera, dieran un promedio general mínimo de 9.5, conseguiría la exención de presentar examen profesional oral ante tres sinodales, así como la presentación de mi tesis ante los mismos, lo cual suele mortificar a la gran mayoría de los que lo hacen... así que prometí besar el suelo de la capilla de mi universidad si por cuestiones milagrosas lo conseguía. ¿Por qué? No tengo la menor idea, mis queridos y guapos-pero-no-tanto-como-yo lectores.

Llevé 5 materias, cuya suma de calificaciones debía dar 47 para -sumadas a las de toda mi carrera- conseguir el dividendo mínimo que me diera el 9.5 final. Las primeras dos fueron Ética y Tesis: 10 en ambas. Siguió un 9 en Taller de Mercadotecnia, lo que me hacía esperar 18 puntos de las últimas dos: Fundamentos Legales (perra) y Calidad (de hueva), ya fuera 9+9, 8+10, o tal vez 7+11... bueno, no.

Por alguna extraña razón, obtuve 9 en Fundamentos (donde esperaba 8), y otro 9 en Calidad (donde esperaba 10), lo que me dio la tan anhelada suma, que originó mi promedio final de 9.50008... apenas raspando. Y por otra extraña razón, me encuentro en este momento escribiendo en mi blog esta reseña que seguramente a más del 90% de los que lo leen (si es que siguen leyendo), les vale algo así como que... madres.

Entonces, sin más preámbulo, los dejo con la documentación en vídeo del cumplimiento de mi promesa.



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