Por lo regular nadie la hace... excepto yo, que soy un ñoño para la escuela... pero tengo el problema de que prendo la computadora y se me ocurre empezar a hacer la tarea hasta que faltan 15 minutos para meterme a bañar o algo por el estilo... no sé, irresponsabilidad o simplemente me gusta trabajar bajo presión. Pero ese no es el punto, mi frustración de hoy es que esta vez sí hice mi tarea a tiempo, un lin-dí-si-mo ensayo acerca de "El ambiente internacional en la actualidad".
¡¡¡¡¡Y el estúpido de mi maestro ni siquiera lo leyó!!!!! ¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh!!!!! Así que ahora ustedes lo van a leer... digo, no es más que un manojo de frustraciones, tiene críticas destructivas y tal vez uno que otro comentario que hará enojar al extranjero que lo lea... pero para que valga la pena el esfuerzo...
"El ambiente internacional en la actualidad"
Hablar de ambiente internacional hoy en día, implica remitirse a muchos temas de interés mundial, mismos que nos obligan a ocupar mucho más de una cuartilla para ahondar en cada uno de ellos.
No obstante, sí se puede explicar en un sentido amplio cómo se encuentra nuestro entorno mundial en ciertos aspectos principales, tales como el económico, político y social.
Las percepciones de cada individuo acerca de lo que sucede en el mundo, pueden llegar a tener diferencias muy marcadas, principalmente si se trata de algo que ocurre en el otro hemisferio, pues aunque la globalización avanza a pasos agigantados transformando (“culturizando”, utilizarían los analistas como concepto justificado) hasta la más tradicionalista de las culturas, existen todavía muchas de ellas que no pierden su identidad, sus principios, y ¿porqué no? sus problemas de raíz.
Hoy un estadounidense puede atreverse a decir que la economía es fuerte, que su Presidente tiene problemas para dejar la granada a un lado, pero que él vive feliz porque estudió una carrera en una universidad pública que le alcanza para mantener a su familia con lo necesario y un poco más, y para manejar un coche de manufactura reciente.
Un argentino podría conocer la crisis económica de la que a duras penas pueden estar saliendo en su país, pero que él está feliz porque su selección de fútbol ganó el Mundial Juvenil.
Nosotros como buenos mexicanos, siempre informados de lo que pasa a nuestro alrededor, tenemos derecho a decir que hay problemas de cualquier índole. Tal vez porque al Congreso le provoca pereza realizar una reforma estructural que beneficie nuestra economía pero perjudique el bolsillo de unos cuantos, esos cuantos que llevan la batuta en México... o tal vez porque ni siquiera les agrada la iniciativa propuesta por el Presidente... quizás ni la han leído. Podemos estar apenados de que nuestro Presidente le cambia el apellido al respetable Borges por “Borgues” o porque emana sabiduría al decir que “en México hay mano de obra que está dispuesta a hacer trabajos que ni los negros quieren hacer”... o los capitalinos también avergonzados de su Jefe de Gobierno con tendencias de izquierdismo populista y que viaja en Tsuru (pero con guardaespaldas en BMW). Pero de lo que deberíamos darnos cuenta es de lo poco que hacemos para resolver los problemas nacionales.
Y un cubano... bueno, un cubano tal vez no pueda decirnos mucho, sólo hasta donde Don Fidel le permita abrir la boca (tanto para comer como para expresar su manera de pensar).
En fin, culturas hay muchas; tendencias y opiniones también. Lo único que es verdad hasta cierto punto son los hechos. El hecho de que la economía mundial se vea afectada por guerras sin sentido, que sólo sirven para que Estados Unidos tenga sucursales extractoras de petróleo en Medio Oriente. También está la realidad política, otra guerra, pero ésta es por ver quién obtiene el poder, quién se queda con ese lugar tan preciado a la cabeza de una sociedad, de un país, o en extremo caso, del mundo entero; esto no es nuevo, siempre ha existido la lucha por el poder, sólo que antes no nos dábamos cuenta tan fácilmente de las intenciones de nuestros honorables gobernantes. Y ¿qué decir del entorno social? La única realidad es que hemos llegado a un punto en el que nos resulta asombrosa la manera en que esa alarmante cifra de delincuencia, corrupción, homicidios, pobreza y otros males, siga acrecentándose día con día.
Lo lamentable es que, a pesar de que nos damos cuenta del pésimo currículum que seguimos generando a la raza humana, poco hacemos para enderezar el camino... y los medios nos sugieren que lo más cómodo es continuar con nuestra indiferencia.
En el periódico, encabezados como “América campeón de campeones”, “Nuevo disco de Paulina Rubio” y “Exclusivísima cena de gala y caché para los miembros del Club de Fulanos” nos hacen olvidarnos por un rato (o el tiempo que sea necesario) de otros encabezados como “Secuestran a mujer y niño”, “Estalla bomba en Palestina: 25 muertos”, “Atentado terrorista en España”, “Hombre en estado de ebriedad golpeó hasta asesinar a su esposa e hijas”, o que en nuestro país desfilan todos los días ante nuestros ojos más de 20 políticos con pasado, presente (y tal vez futuro) turbio, con la firme intención de acomodarse en la silla presidencial pero sin una propuesta que convenza.
La televisión nos bombardea con partidos de fútbol; vídeos de música plástica; novelas repetitivas, incoherentes y con falta de un significado positivo; programas donde lo que importa es ver a qué celebridad destruyen más... haciéndonos olvidar que en África (o a la vuelta de la esquina) hay una persona que está muriendo porque no tiene qué comer, mientras Paris Hilton (como otros cientos de ídolos de la farándula) vive gratis su degenere cotidiano.
Las tendencias y modas están marcadas por Europa. Estados Unidos hace la competencia, y Japón intenta ir a la vanguardia en tecnología... mientras que en el resto del mundo nos dedicamos a copiar o recibir lo que ellos nos imponen. Es lo que vende, cierto, pero ¿es lo correcto?
Esto es el ambiente internacional que se respira (o que al menos en lo personal observo día a día), mismo que a pesar de su magnitud no debe impresionarnos o hacer que perdamos el sentido de la vida. Sin embargo, así es actualmente. De nosotros depende cuidar nuestro ambiente... no el natural, la naturaleza se cuida sola... mejor preocupémonos más por ver en qué podemos mejorar como seres humanos y ayudar a los demás. ¿Eso vendería?
Lo sé, es una porquería... ¡¡¡Pero era mi tarea!!! Sniff, sniff...