sábado, 24 de diciembre de 2005

Cuento de Navidad

No, mejor no, pues todo el espacio bloguidimensional se ha cubierto de cuentos que la tercera parte de sus lectores se atreve a terminar... mejor... hablemos de la Navidad.

Oh, sí... ¿para usted qué es la Navidad? (última vez que lo pongo de rojo, me da flojera cambiarle el color)

Como católico que ha sido bautizado, confirmado y ¿comulgado?, podría decir que la Navidad es una tradición anual, basada en las Santas Escrituras, en la que celebramos el aniversario del nacimiento de Jesús, el Salvador de los seres humanos (creyentes) de nuestros (sus) pecados, como Dios que bajó hecho hombre... o algo así. Transcurren nueve días de posadas desde la primera que es el 16 de diciembre hasta la última, que tendría que ser la noche del 24, ya que la Navidad (que suena más bonito y comercial que "Natividad", el nombre correcto, y que a su vez es sinónimo de "nacimiento"), es el 25 de diciembre... dicen las Santas Escrituras. Entonces, dice mi mami que cualquier pretexto para ponerse ebrio antes del 16 no puede ser llamado "posada", sino "preposada", ya que fue precisamente el 16 de diciembre cuando María (la virgen) y José (the carpenter) comenzaron a pedir posada, o sea, su andanza hacia Belén (o hacia donde un alma caritativa les abriera una puerta para poder dar a luz al Divino Verbo [término que no entiendo a la perfección]). Y obvio, terminaron el 24 en la noche, acuérdense, que fue finalmente una buena familia la que primero les dijo que no porque "no vaya a ser un tunante", pero ya que se identificaron pudieron entrar. Habedlo dicho antes, ps por ahí hubieran empezado: "qué pex, güenas, oiga soy José, mi esposa es María, y es virgen, pero está embarazada, yo sé que suena medio bizarro, pero si usté está convencido(a) de que Dios mandó un Arcángel (que es más chido que ser nomás Ángel) y le dijo que una paloma blanca, digo, el Espíritu Santo, hizo que concibiera al hijo de Dios, ¿me puede dejar pasar para que dé a luz?". Entonces fue ahí donde se dio la Navidad: en un pesebre, entre un burro, una vaca, un becerro y un puma (perdón, es que tengo delirio de protagonismo). Ya luego llegaron Santa Claus, los Santos Reyes y Superman, e hicieron la peda del milenio. Bueno, ya sé que no.

Y también ya sé que la herejía, la blasfemia y esas cosas son motivo para que me vaya al Infierno, pero bueno... ya ven lo que tiene que hacer uno pa' que la gente que lee su blog no se desanime con posts amargados.

Entonces, ya respondí como el católico que se supone que soy. Ahora, ¿usted porqué celebra la Navidad? ¿Realmente está convencido del rollo que me aventé hace dos párrafos? Bueno, no exactamente de mi rollo, me refiero a lo que dice la Biblia. Si usted contesta afirmativamente, mis respetos. No porque sea un buen católico, sino porque se ha formado una idea, ha leído la Biblia tal vez, conoce la tradición y la respeta porque se siente cristiano, católico, apostólico y ¿romano? no, mexicano... y está orgulloso de celebrar una fiesta en la que la alegría tiene un motivo: el nacimiento de su Salvador.

Si usted es de esos que no tiene idea de porqué celebra la Navidad, y sólo le gusta porque recibe muchos regalos y todo mundo en la calle es feliz igual que usted sin saber la razón de fondo, pero que durante el resto del año se dedica a joder a la gente, a robar, a ser corrupto, a hacer menos a los que son más humildes que usted, a no dar el paso a los peatones o al auto que lo necesita más que usted, a golpear a su familia, a insultar y ofender a sus conocidos, a inventar chismes, a aprovecharse de los ingenuos, a ser irresponsable de sus actos, a chiflarle a una mujer guapa y decirle groserías cuando va por la calle sola e indefensa, a ser machista, a ser feminista, a frustar los sueños ajenos, a desacreditar las ideas de los demás, a destruir el trabajo de otros, a ensuciar la naturaleza con basura y tóxicos, a pedir sin dar a cambio, y otros miles de actos que sólo tienen como causa que este mundo sea cada vez peor... pues mi consejo es simple: vaya mucho a la chingada. Bueno, primero: ¡¡¡Feliz Navidad!!!, y ahora sí... vaya mucho a la chingada.

En lo pesonal, he tenido ciertos deslices con respecto a mi fe, mis creencias, la ideología religiosa, y todo eso... incluso cuando critico (y fuerte) a los que nomás porque leen el Código Da Vinci ya lo agarran como su nuevo dogma. ¡Ja! Pendejos... Entonces, ¿porqué celebro la Navidad? Bien, tal vez algo dentro de mí me dice que existe la posibilidad de que hace 2005 años haya nacido un niño al que pusieron el nombre de Jesús, por mandato de un Arcángel que venía de parte de Dios, del vientre de una señorita de nombre María, de esposo José, y que fue concebido por obra del Espíritu Santo, que no es otro más que Dios convertido en una paloma... bueno, ya, voy a dejar de jugar con eso de la paloma... A lo que me refiero es que... bueno, tal vez exista la posibilidad, y si mucha gente lo cree, y esa es una razón para que las personas estén inmersas en esa inercia que les hace ayudar al prójimo y tener siempre una sonrisa en su rostro para dar a los demás, tal vez sea algo bueno. Pero, ¿porqué no 'amar al prójimo' todo el año? Yo sé que es difícil estar siempre de buen humor, en lo personal, para mí está cañón. Pero si tan solo recordáramos que todos somos iguales y que debemos realizar buenos actos hacia la gente, sea la época del año que sea, muchas situaciones entre la gente serían diferentes. Si usted tiene convicciones y las sigue, con base en sus principios, y no deja que aquello que sucede a su alrededor frustre su felicidad interior y su impulso por lograr lo que se propone, siendo amable y generoso con los demás, sea la estación del año que sea, lo felicito y le deseo, entonces, una Feliz Navidad.

(Tenía que haber un Final Feliz)

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