Las horas

6:00 PM. Una historia comienza. Una promesa cumplida por él, tal vez insignificante para cualquiera, mas no para ellos, quienes ingenua y ciegamente se dejan llevar por esa conexión que de forma extraña los une, y que hasta el momento los tiene ahí... sentados uno frente al otro... sin poder actuar.

7:00 PM. Él abre la persiana de su ventana... y no es metáfora... necesita de la luz del Sol para sentirse vivo. Con inexpresiva alegría recoge las pequeñas y escasas migajas que deja entrever ese atardecer por su ventana, obscuro atardecer de aquel puro y limpio cielo que lo guiará por una experiencia nunca antes imaginada. Ella no contempla ese cielo... ¿o tal vez sí?

8:00 PM. La Luna es egoísta. No ha dejado a su compañero de oficio quedarse un minuto más en tan bello firmamento. El tiempo es oro para ella... no desea hacer esperar ni un segundo más al impaciente público alrededor del mundo, para mostrar su -interminable- espectáculo menguante. Selene no viene sola: a su lado aparece una brillante estrella que adorna el espacio... incansable resplandor. La noche se hace presente, y con ella, las cosas mejoran... el ambiente se vuelve perfecto para lo que va a suceder... pero, ¿acaso tiene que suceder?

9:00 PM. Risas, felicidad efímera, alegría prestada... es poco lo que se conocen... es tanto lo que desean conocer uno de otro... pero coinciden a tal grado que es imposible no pensar en la mitología griega... respuestas evasivas, palabras incompletas, frases desorientadas... eso causa el duro anochecer. El paso del tiempo hace que el tema de conversación sea el amor... ese amor que ellos nunca han conocido...

11:30 PM. El día está a punto de terminar... la travesía máxima ni siquiera ha comenzado. Él ha vuelto de aquel viaje que parecía eterno con más energía que antes. Las horas han pasado y ellos necesitan recuperar el ambiente. Él cierra la ventana... está dispuesto a no dejar escapar ese clima de relajación y desmesura que ellos mismos han creado a través de la larga conversación. Pero lo cierto es que están lejos... muy lejos uno de otro en cuerpo... están unidos únicamente por esa insuperable red cibernética que crea ese sentimiento de vacío en ambos... y claro... no es suficiente.

12:30 AM. No se han dado cuenta: un nuevo día ha comenzado, y con él, una serie de encrucijadas existenciales se apoderan de estos seres humanos, una tormenta de deseos y necesidades que juegan a ser descubiertos por los protagonistas. Mientras tanto, ellos juegan a demostrar algo. Palabras que no se dicen... ideas que no se muestran... sentimientos que no se comprenden.

1:00 AM. Llamada a larga distancia... instantánea conexión. ¿Será suficiente? Tal vez sí, tal vez no, pero hasta el momento, no necesitan más; él ha comprendido -gracias a ella- que "no es cuestión de contacto, sino de conexión", y ellos la tienen. Rara, pero ahí está. Quizás prohibida, pero existente.

2:00 AM. -> 3:00 AM. La hora ¿perdida? Unen su voz para criticar al gobierno y la teóricamente inútil medida del horario de verano... en pleno inicio de la primavera... sin saber que esa hora que el gobierno nacional les ha robado sin preguntar, será repuesta unos momentos más adelante por las maravillas de la generosa naturaleza.

4:00 AM. Juegan a cualquier cosa, menos a contar el tiempo. Eso es algo que a ellos no les importa tanto como a este narrador, que lo único que piensa es "que se acabe ya" para poder ir tranquilo a su cama. Mientras tanto, ellos están ocupados en algo más: en ellos mismos. La pregunta continúa en el aire: ¿qué va a suceder?... y con ella un millar de dudas sin respuesta de por medio: ¿acaso tiene que suceder? ¿por qué tiene que suceder? Verdad. Se ha hecho presente... ¿era necesario decirlo? ¿era prudente demostrarlo? sinceridad, ternura, honestidad e incoherente coherencia en una frase tal vez esperada. "¿Eres o te haces?"... Reacción. Chispa repentina, llama inminente. ¿Hasta qué punto se le puede llamar cobardía? Un aire de confusión lo ciega, pues se ha dejado llevar por el momento... ¿acaso lo disfruta? Cuando menos no lo refuta. Después de todo, no se puede ir contra lo innegable. Sería atroz terminarlo, sería inhumano negarlo... ese sentimiento... ¡Inmenso calor, tenso frío, amplia visión, repentina ceguera, la mente se cierra, el corazón se ilumina, el teléfono palpita, las manos tiemblan, y un grito interno que no alcanza los suficientes decibeles para romper!... el silencio.

5:00 AM. Voz. Oído. Es todo lo que necesitan... no hay tempestad, no hay impaciencia... después de haber tranquilizado la situación se remiten a escuchar el silencio... mismo que por esta vez no podrá ser acompañado del adjetivo "incómodo"... es un silencio creado por ambos, y sin embargo esa falta de sonido dice tantas cosas... y ellos lo entienden, nunca en la historia dos seres humanos han hablado una lengua tan perfecta y completamente entendible... Suspiro. El suspiro más profundo y sincero que jamás haya nacido.

6:00 AM. La verdad vuelve a hacer acto de presencia. Ella está llena de sorpresas y él está... impresionado, atónito, pasmado... su incrédula razón no puede creer lo que sus oídos acaban de atestiguar hace un momento... su frustrado cerebro intenta buscar una explicación, una respuesta, misma que ella dice no esperar... ella es feliz porque es su naturaleza... sinceridad... amor.... <-Un punto suspensivo de más, para tomar un poco de aire. Aire. Aire. Aire. Aire de paz es el que se respira... contra cualquier pronóstico de su reacción. Sí. Él está tranquilo. Ese singular cuadro no ha afectado su manera de verla a ella, pero sí su manera de ver la situación de su vida... de pronto, hay confusión, todo da vueltas, son tantas cosas para un solo día... ¡aire! El aire no es suficiente... ¿pero qué pasará si...? ¿acaso podría...? Maldice una y otra vez en su interior por lo complicada que es la vida en la búsqueda del amor... ¡pero él no lo está buscando!... ¿o sí?

6:15 AM. Se han dado cuenta del espectáculo que van a presenciar en unos instantes. Él abre la persiana. Para ella aún faltan más de sesenta minutos... lamentablemente un huso horario les separa. Siempre hay algo peculiar para una chica peculiar... y esta vez, quien se encuentra del otro lado del teléfono será partícipe de su peculiaridad. Comienza la escena. "Wow". Cuando parecía que el universo transmitía su egoísmo hacia él, éste decide narrar paso a paso el espectáculo que observa, admirado, a través de su ventana. Serie de colores, gama de texturas a la vista de sus vírgenes ojos... nubes de color negro que parecen detenerse con el tiempo, que sugieren que este marco nunca termine... rojizo que adorna tenuemente el contorno de las nubes... azul profundo que desvanece conforme avanza la mirada... bello amanecer.

6:30 AM. Ella está atenta. Su oído escucha y su imaginación se recrea por lo que, fielmente y sin temor a ser engañada, cree de él. El cielo se ha aclarado un poco, lo suficiente hasta llegar a ese azul perfecto que tanto les fascina. ¿Cuándo pensaron que harían esto? Tal vez nunca, tal vez por eso lo disfrutan tanto, tal vez por eso... una lágrima... sólo una, cabe aclarar, se mece en el párpado inferior de su ojo izquierdo... ella no lo sabe... él guarda consigo su lágrima, hasta que ésta decide caer por voluntad propia en su mejilla y rodar hasta desvanecerse en su -ahora húmedo- rostro. El espectáculo ha terminado. El panorama deja ver un azul celeste que retiene la luz del Sol. Él ha regresado. La Luna y su fiel acompañante se han marchado. Y los dos jóvenes han sido partícipes de su trillada, mas nunca imitable, ceremonia.

6:35 AM. No están cansados. Pero esa voz interior les dice que es hora de ir a la cama... cada quien a una distinta, cada uno en su propia casa, en sus retiradas ciudades, pero con un mismo pensamiento en su mente. Y es que podrán pasar millones de amaneceres, pero jamás uno como el que ellos acaban de vivir juntos... y es que siempre hay una primera vez. "¿Estaremos locos?"... se despiden uno del otro, no sin antes agradecerse mutuamente por... así de simple: por todo.

6:40 AM. Él cierra de nuevo la persiana. Quiere mantener ese ambiente; no desea que muera en las garras de un nuevo día; sólo quiere ir a la cama, cerrar sus ojos y nunca abrirlos jamás... pues sabe que tarde o temprano otras imágenes vendrán y apartarán esa que el aún tiene presente y de la cual no quiere desprenderse nunca; desea descansar tranquilo, y soñar con aquel día en que el amanecer traiga de nuevo a esa mitad que le falta, a esa parte que llene su necesidad, que termine su agonía, que complete su existir... inmerso en la locura... Bendita locura.